La Buena Semilla: Viernes 9 Octubre
Viernes
9
Octubre
Bienaventurado aquel cuya transgresión (desobediencia a Dios) ha sido perdonada.
Salmo 32:1
Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos.
Salmo 84:5
La felicidad

La verdadera felicidad está ligada a nuestra relación con Dios, el “Dios bendito” (1 Timoteo 1:11). Su Palabra, la Biblia, nos dice cómo vivirla:

– Para ser felices es necesario, en primer lugar, saber que nuestros pecados han sido perdonados. Si le confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonarnos (1 Juan 1:9). Entonces estamos en paz con Dios y somos declarados justos.

– Para ser felices también debemos ser liberados del miedo a la muerte, es decir, tener la vida eterna. La recibimos creyendo en Cristo, porque el que cree en él tiene vida eterna (Juan 3:16). Esta vida nos sitúa en una relación feliz con Dios cuando comprendemos que Jesús nos ha hecho conocer a Dios como nuestro Padre (Juan 20:17). Somos sus hijos. Él nos ama.

– Ser feliz no significa estar exento de tristeza, sino tener al Señor Jesús conmigo y ser su testigo. En la Biblia Jesús utiliza el término “bienaventurados” para referirse a los humildes, a los que lloran, a los mansos, a los que tienen hambre y sed de justicia, a los misericordiosos, a los limpios de corazón, a los pacificadores… (Mateo 5:3-9).

Seremos felices si seguimos a Jesús, obedeciendo su Palabra: confiemos en él para ser testigos de la paz que él nos da, y para ser compasivos con los que nos rodean.

Esta felicidad está en lo profundo del corazón de los que lloran, como en el de los que se alegran. Ella no depende de las circunstancias de nuestra vida, pues está en Dios.