La Buena Semilla: Martes 18 Agosto
Martes
18
Agosto
El hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
Lucas 15:21-22
No soy digno de ser llamado tu hijo

“Un hombre tenía dos hijos”. Así comienza la magnífica historia contada por Jesús para hablarnos del amor de Dios, el amor del Padre (Lucas 15:11-32).

El hijo menor pidió su parte de la herencia, mientras el padre aún vivía, y se fue. Cuando volvió a la casa paterna, hambriento y arruinado, ¿cómo lo recibió su padre? ¿Lo rechazó, le reprochó? No, lo estaba esperando, lo abrazó y lo besó. “Padre”, dijo el hijo, “ya no soy digno”. Era consciente de haber perdido su dignidad de hijo. Pero su padre le dio tres pruebas de esa dignidad: el mejor vestido, señal de su filiación; un anillo, señal de vínculo; y sandalias, símbolo de libertad.

Creyentes o no, esta historia nos concierne. Incluso como cristianos, a veces nos alejamos de la presencia del Padre. Cuando nos distanciamos de Dios, no vivimos acorde con nuestra dignidad de hijos de Dios.

¿Qué nos aleja de él?

– El deseo de vivir nuestra vida sin Dios;

– nuestro deseo de controlarlo todo;

– nuestros miedos;

– diversiones, cualquier cosa que nos distraiga de lo esencial.

Como este hijo menor, volvamos a Dios. Su misericordia y ternura, como las del padre de esta historia, serán chispas de gozo en nuestros corazones arrepentidos. Hoy nos invita a volver a él, a dejarnos abrazar, a recuperar nuestra identidad de hijos e hijas. Nos recibe, a pesar de nuestros fracasos y errores, sin reprocharnos nada, porque nos ama.

(continuará mañana)