La Buena Semilla: Jueves 6 Agosto
Jueves
6
Agosto
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:6-7
Una carta extendida delante de Dios

Un sobre con una mala noticia llega por correo, o tal vez en formato electrónico. ¿Es un mensaje de un jefe descontento, una carta de despido, comentarios duros de un profesor, una factura excesivamente cara, reproches de un ser querido en una red social? El corazón late con fuerza. Se nos hace un nudo en el estómago. Estamos confusos. ¿Cómo reaccionaremos? ¿Qué debemos hacer?

Pensemos en el rey Ezequías (Isaías 37:14-20): primero el poderoso ejército asirio llegó a las puertas de Jerusalén para sitiarla. Por intervención divina, los enemigos se marcharon, pero luego enviaron una carta amenazante, llena de violencia y arrogancia. ¿Qué hacer? El rey leyó la carta y se fue al templo. Allí la extendió delante de Dios como para que él la leyera. Luego oró: “Señor… tú hiciste los cielos y la tierra… oye; abre, oh Señor, tus ojos, y mira… líbranos” (Isaías 37:16-20).

¡Qué hermosa actitud! Tratemos de imitarla. Llevar nuestro sufrimiento y nuestras preguntas a Dios en oración. Mostrarle estas líneas que nos han herido, que nos dejan desconcertados, y confiárselo todo mediante la oración. Pedirle que se haga cargo de nuestras reacciones, de nuestras acciones y nuestras circunstancias. Echemos todas nuestras preocupaciones sobre él, porque él cuida de nosotros (1 Pedro 5:7). Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará nuestros corazones y nuestros pensamientos en Cristo Jesús.