Este es un tema esencial… La resurrección nos pone frente a nuestro Creador, quien tiene derecho a juzgarnos… y que haya o no haya un juicio, eso cambia todo. Por supuesto, aunque es más tranquilizador creer que no habrá resurrección y por consiguiente tampoco habrá juicio, esto también demuestra que tenemos miedo a ese juicio. Reduciría mucho nuestra responsabilidad si las consecuencias de nuestros actos solo fueran temporales.

Sin embargo, la Biblia afirma que habrá resurrección. ¿Cómo no creer esta verdad? Si, de la nada, Dios creó el universo y todo lo que en él hay, ¿no puede «rehacer» el cuerpo de un hombre a partir de sus restos, incluso convertidos en cenizas?

Dios nos devolverá a la vida, sin pedir nuestra opinión, porque debemos comparecer ante él. Dios es justo; el apóstol Juan dice: “Vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios… Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados” (Apocalipsis 20:12-13). Esta profecía se cumplirá, como tantas otras palabras bíblicas.

Felizmente, primero habrá una “resurrección de vida” (Juan 5:29). No para los que fueron mejores que los demás, sino para los que obedecieron a Dios: “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Romanos 10:9). Estos serán librados del juicio final. Yo lo creo. ¿Y usted?