¿Es Jesucristo el Hijo de Dios? Muchos de sus contemporáneos se convencieron de ello al ver el poder sobrehumano que emanaba de él. Incluso el centurión que supervisaba su crucifixión tuvo que admitirlo: “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (Marcos 15:39). El Nuevo Testamento menciona más de cien veces esta «filiación» entre Dios y Jesucristo.

Al Hijo de Dios se le llama el “Verbo”, que “era Dios”, y “era con Dios”. “Y aquel Verbo fue hecho carne” (Juan 1:1, 14): Jesús nació de una mujer, María, a la que el Espíritu Santo cubrió con su sombra (Lucas 1:35). La expresión “Hijo de Dios” muestra la filiación entre Dios Padre y Jesucristo, el vínculo que los une, la naturaleza divina que tienen en común, el amor que comparten como padre e hijo.

La Biblia nos dice que Dios adopta como hijos suyos a los que creen en Jesús, pero también afirma que Jesús es su Hijo unigénito (Juan 1:18), porque solo él puede reivindicar tal relación con Dios.

Jesucristo, el Hijo de Dios, vino del cielo para revelarnos a Dios, pues en él se halla “la plenitud de la Deidad” (Colosenses 2:9).

«Creo en Jesucristo, que murió para reconciliarme con Dios. Creo en los testimonios de quienes lo vieron vivo después de su crucifixión, testimonios narrados en la Biblia. Jesús resucitó de entre los muertos y fue llevado al cielo, anunciando su pronto regreso. Lo creo y reconozco en Jesucristo a mi Señor, a quien entrego mi vida, sabiendo que un gran Dios es el más indicado para dirigirla y cuidar de ella».