El lema oficial de Francia es: Libertad, igualdad, fraternidad. ¡Ojalá todos pudiéramos vivir según estos principios! Hace miles de años Dios los estableció como parte de su plan para los hombres y las mujeres. “¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo!” (Salmo 81:13).
– Libertad: En los evangelios Jesucristo se presenta como el gran libertador. No nos deja ninguna ilusión sobre nosotros mismos: nos muestra claramente que el no incluir a Dios en nuestras vidas, el no obedecer su Palabra, nos ha convertido en esclavos del mal. Pero también nos da la clave para ser liberados y vivir libres. A los que han creído en él, les anuncia la liberación.
– Igualdad: ¿Siente que todos somos iguales? ¡Hay tanta injusticia en el mundo! ¡Incluso en los países que pretenden ser los más civilizados! «Según seas poderoso o miserable, las sentencias judiciales te harán blanco o negro», decía La Fontaine: te juzgarán bueno o malo. No es así con Dios, el Juez de todos. Él no teme a nadie y no hace diferencias. Declara que todos son culpables ante él, pero también quiere mostrar misericordia con todos. Perdona a todos los que reconocen su culpa, sus pecados, porque Jesús sufrió el castigo por ellos en la cruz.
– Fraternidad: A los que aceptan el sacrificio de Jesús por ellos, Dios los convierte en sus hijos, hermanos y hermanas en la fe. Quiere unirlos y llenarlos, darles una verdadera vida familiar. ¿No anhela esto?