Alguien me preguntó recientemente: «¿Jesucristo es Dios o es solo su Hijo?».
Se trata de una cuestión fundamental. La Biblia nos dice: “Vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios… tenéis vida eterna” (1 Juan 5:13). Nuestra fe se basa en una persona. Por eso es importante saber en quién se cree.
Jesucristo vino a la tierra para llevar los pecados de todos aquellos que se reconocen pecadores y se vuelven a él. Cada uno de ellos tiene entonces la seguridad de ser perdonado y Cristo se convierte en el centro de su vida.
En la Biblia, Dios se revela como Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
El Evangelio de Juan hace una presentación especial de la divinidad de Jesús. Él mismo declara: “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais… El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (14:7-9). Cristo es presentado como el Verbo hecho carne (1:14), pero está escrito: “El Verbo era Dios” (1:1).
“Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén” (Romanos 9:5).
Jesucristo, una persona divina, se hizo por tanto hombre, como nosotros, pero no tenía pecado, conservando así su naturaleza divina. Asumió nuestra condición humana. Solo él podía mediar entre Dios y el hombre, “Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos” (1 Timoteo 2:5-6). Dios nos ha hablado en su Hijo… ¡Sí, sé en quién creo!