La Buena Semilla: Jueves 19 Marzo
Jueves
19
Marzo
Procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.
Hechos 24:16
Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis.
Amós 5:14
La conciencia

En la creación, Dios dotó al hombre de muchas facultades como la inteligencia, la memoria, el pensamiento… El hombre fue creado para rendir cuentas a su Creador. Desde que desobedeció a Dios, sabe lo que está mal. La conciencia es el conocimiento intuitivo del hombre sobre el bien y el mal.

Todo individuo tiene una conciencia, es decir, se avergüenza más o menos cuando hace el mal y se alegra cuando hace el bien. Pero podríamos preguntarnos, ¿a qué llamamos maldad? Vivimos en una época en la que lo que era censurable hace solo unos años ahora es aceptado de forma general. La moral está cambiando y hemos llegado a llamar bien al mal (Isaías 5:20). ¡Así es como la conciencia pierde poco a poco su sensibilidad!

Al vivir en un mundo en el que los valores morales son burlados constantemente, corremos el riesgo de dejar de reaccionar. Seguimos teniendo conciencia, pero ¡cuidado! Incluso puede llegar a anestesiarse por completo (1 Timoteo 4:2). Dios, en cambio, no cambia; sus ojos son demasiado puros para soportar el mal (Habacuc 1:13). La única forma de mantener nuestra conciencia en sintonía con los pensamientos de Dios es confrontarla muy regularmente con lo que nos dice en su Palabra. Entonces será fiable, como un instrumento al que se le hace un mantenimiento regular.

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).