El Señor está cerca: Lunes 11 Mayo
Lunes
11
Mayo
Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
Juan 7:37
Un llamado a los sedientos

Esta invitación fue pronunciada en “el último día, el gran día” de la Fiesta de los Tabernáculos, cuando había mucha gente reunida en un mismo lugar. El Salvador aprovechó esta oportunidad para comunicar verdades trascendentales y dirigir la atención de los presentes hacia la amplitud de la gran salvación que él ofrecía.

¿Cómo ha respondido usted a su bondadosa oferta? ¿Cree necesitar una limpieza parcial de sus pecados o una reforma previa antes de acercarse a la Fuente de agua viva? Recuerde que esta invitación es para todos. Se le llama a venir tal como es usted, con toda su pobreza y necesidad. Piense en la mujer pecadora de Samaria –el Señor no le impuso condiciones ni requisitos– solo necesitaba creer. Él le dijo: “Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva” (Jn. 4:10). Tal vez se pregunte: «¿No hay una condición en esta oferta?» Él dice: “Si alguno tiene sed”. Quizás no sienta un anhelo ardiente por la santidad, pero ¿no es esa misma sensación una prueba de su necesidad de Él? Consuélese: quien hace la oferta es también quien llenará su vasija vacía.

Jesús se puso de pie y alzó la voz. Este es el único caso registrado en el que lo hizo. De hecho, leemos acerca de él: “No… gritará, ni habrá quien en las calles oiga su voz” (Mt. 12:19 NBLA). Sin embargo, esta verdad era de tal magnitud e importancia que debía proclamarla a viva voz.

En la actualidad, en esta última hora antes de la venida del Esposo, se oye la misma proclamación: “El que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Ap. 22:17). Sin embargo, esta vez es la esposa quien habla, conmovida por la voz del Esposo: “He aquí yo vengo pronto” (Ap. 22:12).

J. R. MacDuff