La descripción que la Biblia hace de los últimos días del mundo es triste (2 Timoteo 3:1-5). Es cierto que la inteligencia del hombre le ha permitido realizar mejoras significativas en diversos ámbitos, pero también le lleva a vivir sin Dios y a apartarse cada vez más de toda moralidad.
¿La vida era mejor y más fácil ayer que hoy? La nostalgia por los tiempos pasados es una tentación a la que a veces cedemos con demasiada rapidez.
En la Biblia, Pablo habla de personas egoístas, orgullosas, violentas, y nos dice que las evitemos (2 Timoteo 3:5). Estas personas también existían en su época.
La vida en sociedad ¿era más agradable antes? El deseo de dominar, los celos y el asesinato aparecieron desde los primeros años de la humanidad (Génesis 4:8).
¿Hubo menos guerras? Estas siempre han existido en el curso de la historia.
Esta nostalgia por el pasado, que a menudo se confunde con la sabiduría popular, no es nada sabia (versículo del día).
De hecho, en todos los momentos de la historia de la humanidad la gente se ha extraviado porque no ha querido tener en cuenta a Dios. Escuchemos lo que el profeta Isaías nos dice: “Volved a aquel contra quien se rebelaron profundamente” (Isaías 31:6). ¿Deseamos volver a Dios y escuchar lo que nos dice en la Biblia? ¿Queremos reconciliarnos con él mediante el sacrificio de Jesucristo, vivir la paz que él nos da? (Juan 14:27). Sería un buen ejemplo para las generaciones que nos siguen… ¡Un hermoso legado que dejarles!