La Buena Semilla: Miércoles 23 Diciembre
Miércoles
23
Diciembre
(María) dio a luz a su hijo primogénito… y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
Lucas 2:7
No había lugar en el mesón

Imaginemos ese lugar donde se acogía a los viajeros. En esa posada de pueblo, algunos estaban ocupados comiendo y bebiendo, discutiendo sobre sus asuntos; otros intercambiaban banalidades antes de dormirse. Lo mismo ocurre en el mundo actual: hombres y mujeres van y vienen, ocupados y preocupados, pero no les interesa saber si Dios tiene algo que decirles. No hay lugar para recibir a Jesús, el Hijo de Dios, que vino a acercarse a la humanidad.

¿Qué hay en cada uno de nosotros? ¿Tenemos deseos y planes? ¿Queremos disfrutar de todo en la vida? ¿Qué podría ser más legítimo? Quizá también tengamos ambiciones: ser ricos, influyentes, respetados por nuestros semejantes. En síntesis, nuestros corazones ya están llenos… ¿Habrá un lugar para Jesús, el enviado de Dios?

Hoy Jesús quiere intervenir en nuestra vida. Nos está llamando, quizás a través de este folleto, para ofrecernos mucho más de lo que podríamos soñar. Perspectivas de paz para nuestra vida cotidiana y para nuestro futuro eterno. ¿Lo rechazaremos?

Reconozcamos que lo necesitamos, que lo hemos rechazado o ignorado durante mucho tiempo. Aceptemos su sacrificio como la prueba suprema de su amor, y pidámosle que entre en nuestros hogares y deje brillar allí su luz. Pidámosle, con fe, que venga y haga brillar su luz en cada lugar oscuro de nosotros. Entonces él llenará nuestros corazones y nuestras vidas.

¡Déjelo entrar!

“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 4:7).