La Buena Semilla: Viernes 4 Diciembre
Viernes
4
Diciembre
El fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.
1 Pedro 4:7
Señor, enséñanos a orar.
Lucas 11:1
Oración personal

Una cristiana, que vivía en una residencia de ancianos, anotaba en un calendario los acontecimientos destacados de cada día. El miércoles, escribía casi siempre: «19:30 – Reunión de oración». Para ella era muy importante orar a Dios: “Tú oyes la oración” (Salmo 65:2).

¿Qué hay de mi vida personal de oración?

– Una mañana me volví a dormir… ¡demasiado tarde, cada segundo contaba! Sin oraciones que me prepararan para los peligros del día, salí sin dar gracias a Dios por sus bendiciones.

– Al medio día, almuerzo en la cafetería, solo o acompañado… es difícil orar.

– Una tarde ajetreada, el sueño me gana… estoy demasiado cansado para orar.

– Esta noche iré con mis amigos cristianos a una reunión de oración, pero estoy tan preocupado por mis problemas que me siento incapaz de orar.

A menudo la Biblia nos anima a orar:

“Perseverad en la oración” (Colosenses 4:2).

“Orad sin cesar. Dad gracias en todo” (1 Tesalonicenses 5:17-18).

“Orad unos por otros” (Santiago 5:16).

El apóstol recomienda a las parejas cristianas que sus “oraciones no tengan estorbo” (1 Pedro 3:7).

Nuestras oraciones también pueden ser interiores, muy breves (Nehemías 2:4).

Escuchemos la enseñanza de Jesús: “Cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará” (Mateo 6:6).