La Buena Semilla: Miércoles 28 Enero
Miércoles
28
Enero
Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?… Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.
Juan 5:5-8
Las preguntas de Jesús: ¿Quieres ser curado? (1)

Jesús se encontraba en Jerusalén cerca de un estanque donde había una multitud de minusválidos: ciegos, cojos, paralíticos esperando ser curados. Allí vio a un hombre, perdido entre la multitud, silencioso, paralítico desde hacía 38 años, que no podía llegar al agua para ser curado. Jesús le preguntó: ¿Quieres ser sano?

¡A primera vista es una pregunta sorprendente! ¿Acaso no queremos ser curados de lo que nos paraliza? Si la pregunta de Jesús nos llama la atención, quizá nos demos cuenta de ciertos hábitos o actitudes que nos paralizan pero que nos cuesta abandonar. Esta pregunta nos invita a hacer un verdadero examen interior.

La conmovedora respuesta del paralítico suena como un lamento lleno de desaliento: ¡No tengo a nadie! ¡Le era imposible llegar el primero a la piscina! Jesús, que tiene el poder de responder directamente a su fe, le dijo: “Levántate, toma tu lecho, y anda”.

¡No hubo necesidad de tirarse a la piscina! ¡Este hombre creyó en Jesús! Estaba tumbado y se levantó, caminó, levantó su camilla… ¡Estaba curado! ¡La fe obedece la palabra de Jesús, aunque parezca imposible!

Si hoy estamos abatidos, sin fuerzas, desesperados, ya sea por culpa nuestra o no, Jesús nos dice a través de nuestro dolor interior: ¿Quieres ser sano? El lugar de nuestro sufrimiento se convierte entonces, a través de la presencia de Jesús que nos ama, en el lugar de nuestra liberación. ¡Acojamos con fe a Jesús y su mensaje que nos cura!

(continuará el próximo miércoles)