– ¡Un calendario bíblico! Ah, gracias, mi mujer está bastante enferma, le ayudará a pensar en otra cosa. ¡Yo no lo necesito!
Unas semanas más tarde, su marido había muerto repentinamente debido a un accidente cardiovascular. ¿Había tenido tiempo para ponerse en regla con Dios?
Este señor no es el único que responde de este modo. Una muerte repentina nos hace preguntarnos: ¿Es razonable posponer la cuestión de qué ocurre con nuestras almas tras la muerte de nuestros cuerpos? ¿Se trata de negligencia o una indiferencia culpable?
El mensaje de la Biblia pretende abrirnos los ojos y mostrarnos lo que verdaderamente es importante en la vida: “He aquí ahora el día de salvación” (2 Corintios 6:2).
Dios es amor y desea hablar al corazón de todos. Escuchemos su voz con una actitud sincera; dejémonos tocar por su gracia, como la luz que nos llega al amanecer y nos inunda.
¿La vida te ha herido? ¡Dios quiere curar tus heridas y consolarte! Él es el Dios de toda consolación. ¡Lo sabe todo sobre tus amarguras y tus preocupaciones, y te dice!: ¡Ven a mí!
¿Le has dado la espalda a Dios? Él te está esperando y aguarda el momento en que vuelvas a él.
Un débil «¡No, gracias!» puede ir seguido de un sincero «Gracias, Señor Jesús…». Si acudes a él tal como eres, su paz llenará entonces tu corazón. ¡Jesús estará contigo todos los días, y para siempre!