La Buena Semilla: Domingo 25 Enero
Domingo
25
Enero
El Señor dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá.
Números 21:8
Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:14-15
Es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado

En el versículo citado más arriba, Jesús anunció su muerte mediante esta sorprendente palabra: “Es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado”. Sí, Jesús debía ser levantado en la cruz para dar su vida. Debió conocer los sufrimientos de la cruz y la vergüenza de la muerte de un malhechor. “Maldito todo el que es colgado en un madero”, está escrito en la ley. En la cruz Jesús iba a conocer la maldición divina (Gálatas 3:13).

Durante la travesía de los hebreos por el desierto, cuando una serpiente mordía mortalmente a un israelita, para ser salvo este solo tenía que mirar la serpiente de bronce que Moisés había levantado en un asta (Números 21:4-9). La serpiente de bronce es una imagen de la cruz.

Todos hemos sido alcanzados por la herida mortal del pecado. Para obtener la vida eterna basta creer en el Señor Jesús crucificado. Basta una mirada de fe hacia Aquel que Dios nos da para nuestra salvación. No se trata de buenas obras, ni de mirarnos a nosotros mismos o a nuestros sentimientos. No son los demás, ni la Iglesia, quienes pueden salvarnos de la muerte eterna. Es necesario creer personalmente en el Señor Jesús.

Jesús murió para darnos la vida. Ahora él vive, y se encarga eternamente de todos los que confían en él. ¿Conoce usted este amigo fiel?