¿Has tenido la extraordinaria experiencia de descubrir que Dios te ama incondicionalmente?
¿Es realmente posible? Pensar que Dios existe me inquieta, porque ciertas faltas pesan mucho en mi conciencia. Esas mentiras y cobardías que quiero ocultar a mis semejantes, ¿puedo ocultarlas a Dios? ¿Cómo puedo escapar de este malestar? ¿Acaso debo hacer penitencia, realizar algunas buenas acciones para que Dios me sea favorable?
No, nadie puede ganar el amor de Dios, ¡es imposible! Y una lectura honesta de lo que ocurre en nuestro interior y en nuestras vidas nos muestra que somos totalmente indignos de él.
La verdad es muy distinta: Dios nos ama porque es amor, no porque seamos buenos.
Pero si bien es cierto decir que Dios nos ama incondicionalmente, eso no significa que sea el «buen Dios» (como dicen algunos), indulgente con todos los pecados de la humanidad.
Porque Dios es amor, ofrece a todos, gratuitamente, el medio para ser salvo de su condición culpable, que es incompatible con la santidad de Dios.
Porque Dios es luz y amor, no quiso dejarnos en este estado, sin una relación con él. Así que Jesucristo, su Hijo único, vino a la tierra para llevar sobre sí el castigo que merecen nuestros pecados. De este modo, Dios puede perdonar a cualquiera que reconozca su culpa.
Porque te ama, Dios te espera, tal como es eres. ¡No esperes más para venir a él!
“La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron” (Salmo 85:10).