La Buena Semilla: Sábado 10 Enero
Sábado
10
Enero
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
Juan 1:5-9
Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Juan 8:12
¡Ligero, de verdad!

¿Cómo podemos explicar la aparición de la materia en un universo vacío? ¿Cómo podemos comprender el maravilloso fenómeno de la vida? ¿Cómo podemos dominar todos los detalles de la fabulosa mecánica del cuerpo humano? Nuestra razón tropieza ante estos misterios. ¿Y cómo podemos admitir la existencia del mal, que todo el mundo condena… y que todo el mundo hace en mayor o menor medida? Debatiéndose constantemente entre lo mejor y lo peor nuestra comprensión no nos permite ver con claridad.

Dios nos ha dado la razón para que hagamos buen uso de ella. Pero la utilizamos para intentar prescindir de Dios. En lugar de liberarnos, nuestro conocimiento nos ha esclavizado. Ha traído un progreso social innegable, pero dio al ser humano el lugar que le pertenece a Dios. Y si el hombre se coloca a sí mismo en lugar de Dios, incluso lo mejor que puede hacer se ve empañado por su egoísmo, su orgullo, su maldad intrínseca y sus contradicciones. El resultado es que este progreso no evita un número cada vez mayor de guerras, situaciones familiares cada vez más tristes, una soledad muy grande que los medios de comunicación no pueden llenar… ¡Pretendemos ser sabios, pero nos hemos vuelto necios… ! (Romanos 1:22).

¡Pero todavía hay esperanza! Jesús se presenta como la luz del mundo. Espera que todos acudan a él con fe para iluminar sus corazones y mentes, y darles la vida eterna… ¡A todos!