Para dejar una huella en la Historia, normalmente se requiere haber escrito algo, haber dirigido un imperio, haber sido un jefe de guerra… ¡Jesús no hizo nada de esto! Sin embargo,
Nunca se podrá enterrar o callar “el caso de Jesús”. Ninguna ideología, ningún poder humano incluso religioso podrá “encerrar” a Jesús y su mensaje liberador. Él es la única fuente de paz, de gozo y de amor para una multitud de personas de todos los tiempos y países.
Si usted reconoce que lo que importa es lo real, entonces escuche esta buena noticia acerca de Jesucristo, que se acercó a nosotros humildemente, para traernos la luz y la paz, en el nombre de Dios su Padre.
Para dejarse abrazar por este amor que llama a su puerta y que incluso la muerte no pudo apagar, solo hay que dar un paso. Jesús no se impone; él espera que usted lo reciba, aunque no lo vea con sus propios ojos. Está listo para manifestarse en el secreto de su corazón: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).
Zacarías 11 – Apocalipsis 19:1-10 – Salmo 147:7-11 – Proverbios 30:29-31