La Buena Semilla: Domingo 25 Abril
Domingo
25
Abril
Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres… Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador.
1 Timoteo 2:1, 3
Orad sin cesar.
1 Tesalonicenses 5:17
Orar

Martín Lutero (1483-1546) solía decir que cuanto más trabajo tenía, tanto más tiempo pasaba en oración. De hecho, orar es un privilegio incalculable para el cristiano, sea antes de empezar el día, incluso teniendo prisa, o al final del día, como también antes de tomar cualquier decisión.

Orar es dirigirse a Dios o a Jesús interiormente o en voz alta, solo o colectivamente. Lo hacemos con respeto, pero también con la confianza de un hijo hacia su padre.

La oración puede tener el carácter de peticiones -apelando a su poder y su sabiduría-, de súplicas o de intercesiones. Brota de nuestros corazones cuando estamos ante una situación urgente, y eso nos tranquiliza. También agradecemos a Dios mediante la oración.

Oremos por todos los hombres, por todos los que Dios pone en nuestro camino. ¡No solo por las personas a las que amamos! Dios nos pide que amemos incluso a aquellos que consideramos antipáticos, que oremos por los que nos persiguen… (Lucas 6:28). El Señor nos dará la fuerza para hacerlo, pues así lo pide. Por medio de su Espíritu nos llena de su amor y nos hace capaces de orar incluso por nuestros enemigos…

El Señor Jesús nos dio el mayor ejemplo: “En pago de mi amor me han sido adversarios; mas yo oraba” (Salmo 109:4). En la cruz oró por sus verdugos: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Cuando era apedreado, Esteban siguió el ejemplo de su Maestro: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado” (Hechos 7:60).

Ezequiel 47 – Marcos 1:21-45 – Salmo 48:9-14 – Proverbios 14:13-14