El Señor está cerca: Lunes 9 Noviembre
Lunes
9
Noviembre
Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado.
Salmo 66:18
Consejos útiles sobre la oración

Antes de acercarnos a Dios en oración, es fundamental que tengamos en cuenta ciertas condiciones morales. Nuestro caminar debe ser santo –tal como dice el versículo de hoy. Por otro lado, si recordamos que nuestro hermano tiene algo contra nosotros, primero debemos ir y reconciliarnos con él (véase Mt. 5:23). También debemos manifestar un deseo sincero de obedecer la Palabra. He aquí algunos consejos útiles a tener en cuenta.

1. Tenga paciencia. La prisa ahoga e interrumpe la oración. Es preferible pasar unos pocos minutos esperando en la presencia del Señor que media hora distraído, pendiente del reloj. Deténgase. Espere. Permita que Dios le hable. Mientras espera, lea una porción de las Escrituras. No es necesario leer un capítulo entero; a veces, unos pocos versículos bastan. Léalo varias veces. Primero, capte el sentido general. Luego, busque el significado específico. Finalmente, pregúntese qué hay en ese pasaje para usted, personalmente.

2. Luego, medite en lo que ha leído. ¿Hay alguna instrucción que deba obedecer? ¿Alguna promesa que deba abrazar? ¿Un principio por el cual vivir o un pecado que evitar? ¿Hay un pensamiento nuevo sobre Dios, sobre Cristo o sobre el Espíritu Santo? Intente descubrir lo que Dios le quiere enseñar. Cuando lo haga, anótelo.

3. Entonces, viene la oración. Comience repasando los pensamientos que el Señor le dio a través de la lectura de su Palabra. Después, derrame su alabanza y adoración ante su gloriosa Majestad. Háblele con sencillez, como un hijo a su padre; con reverencia, como un siervo a su Señor; y con amor, dirigiéndose a quien ama su alma.

4. A continuación, eleve sus peticiones. Primero interceda por otros. Luego ore por usted mismo y por la obra del Señor. Que su oración esté guiada por lo que ha aprendido y sentido en la presencia de Dios.

Al salir a enfrentar el día, comparta con otros el “maná” que ha recogido en la mañana. No lo descuide, no lo deje perderse. Lo que Dios le ha dado hoy puede ser alimento también para otros.

William S. Ibrahim