El Señor está cerca: Miércoles 7 Octubre
Miércoles
7
Octubre
Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan.
Salmo 119:2
Meditaciones sobre el Salmo 119 (1)

¿Por qué estudiamos la Palabra de Dios? ¿Por qué son bienaventurados quienes lo hacen? Estudiar las Escrituras no es un mero ejercicio intelectual. Podemos tratar de entender muchas cosas en la Palabra de Dios, pero por encima de todo, en ella se revela una Persona, y es a ella a quien debemos buscar.

Es una verdadera bendición acercarnos a la Palabra con el deseo profundo de encontrar a Cristo en ella. El mismo Señor Jesús dijo a los judíos: “Escudriñad las Escrituras… ellas son las que dan testimonio de mí” (Jn. 5:39). Por eso, si nuestro anhelo al leerla es conocer más a nuestro Señor y Maestro, sin duda seremos bendecidos.

En segundo lugar, aquellos que lo encuentran en la Palabra son quienes lo buscan con todo el corazón. No puede haber un corazón dividido en este aspecto. No podemos dividir nuestra atención entre el Señor y otras cosas. No podemos pretender que nuestra vida está dividida en dos partes: una cristiana y otra secular en la que no queremos saber qué piensa Dios al respecto –en esta parte pueden entrar nuestros negocios, el entretenimiento o cualquier otra actividad de la vida cotidiana. Debemos buscar al Señor con todo nuestro corazón. En Deuteronomio 4:29 leemos: “Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma”. Esta promesa permanece firme: si lo buscamos en las Escrituras con un corazón íntegro y un deseo sincero de conocerlo, lo hallaremos.

No conozco a nadie que haya podido decir honestamente: «Busqué al Señor en su Palabra, oré, leí con diligencia, y nunca lo encontré». Lo hallaremos si lo buscamos con un corazón recto y con el deseo sincero de encontrarlo.

Michael Vogelsang
¡Oh santifícanos, Señor! Llena nuestra alma de tu amor,
tu voz haznos oír; tu dulce rostro contemplar,
tus perfecciones admirar, ¡y para ti vivir!

H. G. Jackson