El Señor está cerca: Lunes 5 Octubre
Lunes
5
Octubre
El rey [Ezequías] había tomado consejo con sus príncipes, y con toda la congregación en Jerusalén, para celebrar la pascua en el mes segundo… Fueron, pues, correos con cartas de mano del rey… y decían: Hijos de Israel, volveos a Jehová.
2 Crónicas 30:2, 6
Tener compasión por el pueblo de Dios en días de ruina

Debido a la impureza ceremonial de quienes deseaban participar en la Pascua, el rey Ezequías la celebró el día catorce del mes segundo, en lugar del mes primero, como lo prescribía la Ley. Esta excepción estaba contemplada en Números 9:10-11. Sin embargo, surgieron más complicaciones: muchos de los que deseaban participar no se habían purificado conforme a lo establecido. “Comieron la pascua no conforme a lo que está escrito” (2 Cr. 30:18). Pero Ezequías discernió que ellos habían dispuesto sus corazones para buscar a Dios, y no se detuvo en su falta de purificación externa. Con base en su intercesión, el Señor los perdonó y los sanó.

Aquí hay una lección preciosa para nosotros, especialmente en días de ruina. Dios tiene paciencia con la debilidad y la falta de comprensión cuando el corazón es recto. Podemos contar con su misericordia y ayuda cuando, en sinceridad, tratamos de aplicar los principios de su Palabra a situaciones complejas. No se trata de justificar la desobediencia deliberada –eso Dios no lo aprueba–, pero sí vemos su compasión hacia quienes lo buscan de corazón y su disposición a atender la oración de quienes se dirigen a él.

Aunque las diez tribus estaban separadas políticamente de Judá y ya habían sido conquistadas por Asiria, no fueron excluidas. El decreto se envió por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan. La cariñosa invitación de Ezequías es un modelo para nosotros en la actualidad, cuando el pueblo de Dios está disperso y dividido por un enemigo mucho más sutil y poderoso que Asiria. ¿Vamos a despreciar e ignorar a nuestros hermanos? ¿O, más bien, les tenderemos la mano con compasión y sana doctrina?

Grant W. Steidl