El Señor está cerca: Martes 16 Junio
Martes
16
Junio
No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este.
Jeremías 7:4
No confiemos en palabras mentirosas

Jeremías amaba profundamente a su nación. Este es un hecho indiscutible. Nadie podría acusarlo con justicia de ser antipatriota, y mucho menos de traición. Sin embargo, eso fue exactamente lo que ocurrió. El profeta advirtió tanto al rey como al pueblo que, tarde o temprano, tendrían que rendirse a los babilonios. Aquellos que se rindieran serían perdonados, pero quienes se resistieran serían destruidos. Era un mensaje duro, especialmente porque lo proclamó a las puertas del templo de Jerusalén (véase Jer. 7:1-34). Dios iba a juzgar a su pueblo por sus pecados y debían arrepentirse urgentemente.

Sin embargo, los líderes religiosos insistían en que Dios nunca permitiría tal cosa. Después de todo, el templo estaba allí, y era Su templo. Su lema y estribillo era: “Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este” (v. 4). En otras palabras, ¡Dios nunca destruiría el templo, porque es suyo! Pero Jeremías rogó al pueblo que no confiara en esas palabras mentirosas. Si Dios había destruido una vez su tabernáculo en Silo, también destruiría el templo de Jerusalén (v. 12). El juicio estaba cerca.

El resultado fue exactamente como Dios lo había predicho. ¿Qué sucedió con el pobre Jeremías? ¿Cuál fue su recompensa por decir la verdad? ¡Lo acusaron de traición! «¡Jeremías, eres un espía babilonio!» «¡Jeremías, deja de desanimar al pueblo!» ¿Cómo es con la Iglesia en la actualidad?

Si pensamos que Dios no juzgará a nuestra sociedad, si nos vestimos de falso patriotismo, si apagamos la voz profética de Dios y escuchamos palabras mentirosas, el resultado será el mismo que en tiempos de Jeremías. La apostasía avanza y el día del Señor está cerca. No confiemos en palabras mentirosas.

Brian Reynolds