El Señor está cerca: Miércoles 3 Junio
Miércoles
3
Junio
Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía. Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor. Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor.
Hechos 11:22-24
Bernabé (1)
Alentando a los nuevos creyentes

Bernabé, cuyo nombre original era José, es presentado en Hechos 4 como uno de los primeros creyentes en el Señor Jesús. Era levita y poseía tierras en la isla de Chipre, las cuales vendió para poner el dinero a los pies de los apóstoles. Fue entonces cuando estos le dieron el nombre de Bernabé, que significa «hijo de consolación». En el pasaje de hoy, encontramos más rasgos de su carácter: era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe.

¡Cuánto necesitamos hoy en día más hombres de este calibre para trabajar entre el pueblo de Dios! Fue Bernabé quien presentó a Saulo de Tarso (más tarde llamado Pablo) ante los apóstoles. En un principio, los creyentes en Jerusalén desconfiaban de él debido a su pasado como perseguidor de la iglesia. Sin embargo, Bernabé respondió por él, relatando su conversión y cómo había predicado con valentía en Damasco en el nombre de Jesús. Además, parece que Bernabé tenía un gran interés en lo que el Señor estaba haciendo más allá de Jerusalén. Nosotros hacemos bien cuando mostramos este mismo interés, pues nuestro Señor ha dicho: “El campo es el mundo” (Mt. 13:38).

Cuando la iglesia de Jerusalén oyó que el Señor estaba salvando a muchos gentiles en Antioquía, enviaron a Bernabé a ver lo que estaba pasando. Era el siervo del Señor indicado para esta tarea, pues poseía las cualidades admirables que hemos mencionado anteriormente. Al llegar, vio la gracia de Dios en acción y se dedicó a fortalecer a los nuevos creyentes en su fe. Con propósito de corazón, los animó a permanecer fieles al Señor –un consejo vital, tanto para los creyentes nuevos como para los más avanzados, en el ajetreado mundo de hoy.

Eugene P. Vedder, Jr.