El Señor está cerca: Sábado 14 Marzo
Sábado
14
Marzo
Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él. Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos.
1 Samuel 22:1-2
Congregados en torno a Cristo (2)
La cueva de Adulam

David era el verdadero rey de Israel, ungido por el profeta Samuel (véase 1 S. 16:12-13). Sin embargo, aunque Saúl había sido rechazado por el Señor (véase 1 S. 15:23), seguía en el trono de Israel ejerciendo como rey. Dominado por celos enfermizos, persiguió a David sin descanso, como “una perdiz por los montes” (1 S. 26:20).

Buscando refugio, David se ocultó en la cueva de Adulam, donde se unieron a él cuatrocientos hombres. Estos son descritos como afligidos, endeudados y amargados de espíritu, víctimas del mal gobierno de Saúl, quien los redujo a una condición miserable. Sin embargo, hallaron esperanza en el ungido de Dios, aun cuando él mismo era un fugitivo. Estos hombres, que habían perdido la fe en el reino de Saúl, “se juntaron con él”. David se convirtió en su centro y atracción, y ellos, dejando atrás las comodidades del reino, se sometieron a su mando.

En la actualidad, muchos que se llaman cristianos rechazan el señorío de Cristo. Por ejemplo, los mandamientos del Señor en 1 Corintios 12-14 suelen descartarse como meramente «culturales» o aplicables solo a aquella época. Pero, ¿es Cristo realmente Señor o no? Aquellos hombres, aunque pocos en comparación con los que seguían a Saúl, dieron testimonio de que David era el verdadero rey. Muchos de los que soportaron la deshonra en aquella cueva reinarían más tarde con él. De la misma manera, nuestro llamado es dar testimonio de Cristo al reunirnos en torno a su Persona, aunque solo seamos “dos o tres” (Mt. 18:20). Si sufrimos y perseveramos con él, también reinaremos con él (véase 2 Ti. 2:12).

Brian Reynolds