El Señor está cerca: Lunes 2 Marzo
Lunes
2
Marzo
Cuando haya en medio de ti menesteroso… no endurecerás tu corazón… sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite.
Deuteronomio 15:7-8
Liberalidad de corazón

Al principio de este capítulo, Dios estableció el año de remisión de toda deuda. Debido a esto, existía el riesgo de que algunas personas endurecieran su corazón ante la necesidad de los pobres. Pero Dios advierte claramente contra este comportamiento: “Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te contará por pecado” (v. 9). Incluso en este caso, se les instruía a dar “liberalmente… lo que necesite”.

Cuando el Espíritu de Dios tiene libertad para actuar en un creyente, los pensamientos de Dios pueden llevarse a cabo plenamente en él, superando incluso lo que se exige en la Ley. Somos exhortados a hacer “bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe” (Gá. 6:10). También se nos dice que debemos acordarnos de los pobres y atender las necesidades de nuestro propio hogar y nuestros familiares (véase Gá. 2:10; 1 Ti. 5:4, 8).

En 2 Corintios 8:1-5 encontramos un hermoso ejemplo de esta obra del Espíritu Santo en los macedonios. Primero, se entregaron al Señor, permitiendo que el Espíritu Santo tuviera verdadera libertad para usarlos. Después, a pesar de su gran aflicción y profunda pobreza, dieron a los pobres de Judea “conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas”.

Esta liberalidad de corazón, producida por el Espíritu Santo, refleja verdaderamente lo que Cristo hizo por nosotros: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Co. 8:9).

Alexandre Leclerc