La Buena Semilla: Domingo 12 Diciembre
Domingo
12
Diciembre
El que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.
Gálatas 6:3
¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?
1 Corintios 4:7
Ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas.
Eclesiastés 11:5
El director de orquesta y la batuta

Un evangelista, cuyo trabajo había sido muy bendecido por Dios, solía contar esta historia:

«El concierto estaba a punto de empezar. Todos los instrumentos estaban listos; los ojos de los músicos estaban puestos en el director de orquesta. Este levantó su batuta, la mantuvo en el aire, luego la puso en movimiento y el concierto empezó. La batuta marcaba el ritmo y, gracias a ella, todos los instrumentos unían sus notas en una maravillosa armonía. Llena de orgullo, la batuta pensaba ser realmente el instrumento más importante de la orquesta, pues todos los instrumentos obedecían a sus órdenes. Al terminar la pieza musical, el director puso la batuta encima del atril; esta rodó, cayó al piso y desapareció por una ranura. “¿Cómo van a hacer sin mí?”, pensó la batuta desde el fondo de su escondite. El concierto iba a reanudar, el director de orquesta buscó en vano su batuta. Como no la encontró, sacó de su bolsillo un simple bolígrafo. En su hábil mano, el bolígrafo marcó el ritmo, y el concierto continuó tan hermoso como antes…».

Lo importante no era la batuta, sino el director que la movía. La misma batuta, en manos inexpertas, nunca hubiese podido dirigir un concierto tan maravilloso.

El evangelista explicó: “Cristianos, si Dios nos concede el honor de utilizarnos, nunca creamos que somos indispensables para él, pues él emplea a quien quiere. ¡Lo único que debemos hacer es permanecer humildes en las manos del gran director de orquesta!”

Eclesiastés 12 – Apocalipsis 5 – Salmo 140:6-13 – Proverbios 29:21-22