La Buena Semilla: Viernes 10 Diciembre
Viernes
10
Diciembre
Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender… la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento.
Efesios 3:17-19
Conocer el amor de Cristo

Por muy amplio que sea el conocimiento humano, hay un conocimiento que supera a todos los demás. La Biblia nos lo dice: conocer el amor de Cristo. No es un conocimiento teórico, abstracto, sino que depende del lugar que Jesús ocupa en nuestros pensamientos y afectos, y tiene consecuencias visibles en nuestra vida.

El amor de Cristo difiere del amor humano, pues este último, para mantenerse y desarrollarse, necesita encontrar una respuesta del otro lado, mientras Jesucristo amó sin buscar nada a cambio, simplemente porque la naturaleza divina es amor en sí misma y busca la felicidad de los hombres.

– El amor de Cristo se despliega en el Hijo de Dios, el creador que vino a la tierra y tomó forma humana para acercarse a sus criaturas, servirles y hablarles del amor de Dios.

– Lo encontramos en Jesús en todas sus relaciones con los seres humanos, sensible al sufrimiento de los desdichados, lleno de compasión hacia los que lloran, de ternura por los pequeños, de gracia hacia los pecadores arrepentidos.

– El amor de Cristo se expresó de una forma sublime en la cruz. Allí ni las burlas, ni los golpes, ni el odio de los hombres, ni siquiera el tener que enfrentarse a la ira de Dios debido a nuestros pecados fueron suficientemente poderosos para apagar el amor de Cristo.

¡Es un amor inigualable! Sin embargo, el amor de Dios fue derramado en el corazón del creyente (Romanos 5:5), lo cual lo capacita para amar como él.

Eclesiastés 9 – Apocalipsis 3:7-22 – Salmo 139:19-24 – Proverbios 29:17-18