La Buena Semilla: Viernes 23 Abril
Viernes
23
Abril
El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos.

(Jesús) quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia.

1 Pedro 1:3; 2:24
¿Por qué Jesucristo?

Podríamos preguntarnos en qué nos concierne la vida de un hombre que anduvo en la tierra hace 2000 años. Sin embargo, Jesucristo abrió la puerta a una nueva relación con Dios, a una actitud nueva hacia la existencia, a una esperanza ante la muerte y a la liberación del juicio.

Cuando vamos a Jesucristo no nos encontramos frente a un simple ser humano, sino ante Dios mismo, quien nos abre el camino de la salvación. Dios actuó de manera suprema por medio de Jesús, a través de su muerte y su resurrección. Jesús hizo posible una nueva relación entre Dios y nosotros. La crucifixión de Jesús no es solo un hecho histórico ocurrido hace dos milenios; ella constituye la base sobre la cual descansa la nueva vida del creyente (1 Pedro 2:24). Sin la obra cumplida en la cruz no habría ninguna salvación para nosotros. El sacrificio de Jesucristo fue el precio inestimable que Dios pagó para redimir de la muerte eterna a todos aquellos que pusieron su confianza en Él (1 Pedro 1:18-19).

En Jesucristo hay algo que atrae, que atravesó los siglos e intrigó a numerosas personas. Su enseñanza sobre el amor no puede dejar insensible a nadie. La autoridad con la que habla de los problemas más profundos del hombre nos interpela. ¡Su muerte nos parece tan injusta y los testimonios de su resurrección tan asombrosos! Pero precisamente esta muerte y esta resurrección hacen que todo lo que tiene que ver con él me concierna a mí… ¿Lo creo?

Ezequiel 45 – 2 Pedro 3 – Salmo 47 – Proverbios 14:9-10