La Buena Semilla: Domingo 31 Enero
Domingo
31
Enero
Nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
Gálatas 2:16
Obras meritorias o fe en Cristo

Podríamos pensar que hay muchos grupos religiosos en el mundo. Pero en realidad solo hay dos: uno que cree merecer la gracia divina; otro que está formado por los que reconocen que no pueden dar nada a Dios, ni siquiera por el perdón de uno solo de sus pecados.

– El primero propone al hombre hacer obras meritorias para ser libre de su culpabilidad, para ganar el favor divino y el paraíso: cumplir buenas obras, observar ritos, sacrificar su tiempo, sus riquezas, su cuerpo, su vida… Se piensa dar algo a Dios esperando recibir o merecer algo de Él. Pero, ¿quién podría satisfacer las exigencias divinas? Y el pobre, el que carece de recursos materiales, ¿estaría perdido?

– El segundo grupo está constituido por esos “pobres” que solo pueden decir: “Dios, sé propicio a mí, pecador”. Es confesar nuestra incapacidad para merecer la gracia divina y confiar en Dios, el único que puede solucionar el problema de nuestros pecados. Entonces Jesús afirmó: “Este descendió a su casa justificado” (Lucas 18:13-14), es decir, mucho más que perdonado: hecho justo.

– ¿Cómo? “Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).

– ¿Por qué? Jesucristo, el Hijo de Dios, el “que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21).

– ¿Para qué? Para que practiquemos las buenas obras que Dios preparó de antemano (Efesios 2:10).

1 Samuel 25:1-22 – Mateo 20:1-15 – Salmo 18:25-30 – Proverbios 6:12-15