La Buena Semilla: Domingo 2 Febrero
Domingo
2
Febrero
Por lo cual, entrando en el mundo (Jesús) dice… He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad.
Hebreos 10:5, 7
Fue contado con los pecadores (o transgresores), habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Isaías 53:12
Contado entre los transgresores

Cuando Jesús fue crucificado entre dos malhechores, se cumplió una profecía: “Fue contado con los transgresores” (V.M.). Estos malhechores eran transgresores, habían infringido los mandamientos divinos. Y Jesús fue puesto entre ellos, incluso le dieron el lugar del centro, ¡como si fuera el más culpable!

Jesús, ¿un transgresor de los mandamientos de Dios? No, pues no hubo en la tierra un hombre obediente a Dios como él. “Como el Padre me mandó, así hago”, dijo él (Juan 14:31). Vino al mundo con el objetivo expreso de hacer Su voluntad. Dios era todo para él, la voluntad divina dictaba toda su conducta. Todos sus pensamientos y sus actos expresaban su obediencia, su devoción y su amor por su Dios. Pero los hombres no vacilaron en contarlo entre aquellos que practicaban el mal, o que hacían poco caso a Dios y a su voluntad…

Para el corazón sensible de este Hombre perfecto, ¡qué sufrimiento, qué humillación, qué profunda injusticia! ¿Por qué Jesús aceptó ese lugar? ¿Por qué Dios permitió que esto sucediera? ¿No había dicho: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”? (Mateo 17:5).

¿Por qué? Porque en la tierra había hombres transgresores, desobedientes; personas que no se preocupaban para nada de la voluntad de Dios… y Jesús tomó voluntariamente el lugar de todos ellos, para soportar el juicio que merecía su maldad, a fin de salvarlos eternamente.

Génesis 36 – Mateo 21:1-22 – Salmo 18:37-42 – Proverbios 6:20-26