La Buena Semilla: Viernes 27 Noviembre
Viernes
27
Noviembre
Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.
Romanos 3:24
Todo a cambio de nada

La gracia de Dios hacia la humanidad es absolutamente gratuita. Nunca tendremos que «devolverla». ¿Cómo podríamos hacerlo? Sin embargo, nos cuesta mucho erradicar la idea de que no se obtiene nada a cambio de nada. Esta noción, reforzada por nuestro egoísmo natural, no puede aplicarse a la gracia, que es un don divino. Jesús vino a satisfacer nuestras necesidades, sin esperar nada a cambio, porque nos ama. En cualquier caso, nadie puede pagar a Dios su rescate por los pecados que ha cometido, y así redimir su alma. Tiene que renunciar a ello para siempre (véase Salmo 49:7-8). Ante Dios, ninguna buena obra puede expiar un solo pecado. Pero “la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7). Jesús sufrió el castigo en nuestro lugar. Como resultado, Dios perdona nuestros pecados y nos recibe como sus hijos.

Imaginemos que unos amigos me invitan a cenar. Después de la comida, la conversación continúa mientras tomamos una taza de café. Luego, al momento de partir, meto la mano en el bolsillo y pregunto: «¿Cuánto les debo?». ¡Qué ofensa sería para mis anfitriones!

No tenemos que pagar nada a Dios a cambio de todos sus dones. Su gracia es pura gracia. Cristo vino a la tierra para satisfacer las exigencias de Dios respecto al pecado. Solo debemos aceptar esa gracia para recibir el don gratuito de la vida eterna, pero no olvidemos agradecer al que nos la da, y mostrarle, sirviéndole, que le amamos a cambio.

“El que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:17).