La Buena Semilla: Lunes 2 Noviembre
Lunes
2
Noviembre
Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? Necio.
1 Corintios 15:35-36
¿Se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos?
Hechos 26:8
¡Creíble y verdadero!

«¡Impresionante! No lo creíamos, ¡sin embargo es verdad!». Todos, en un momento u otro, nos hemos sorprendido cuando ocurre algo que creíamos imposible: un proyecto que sale adelante contra todo pronóstico, un ascenso inesperado… ¡Increíble! ¡Pero cierto!

Quiera Dios que, al menos, estas pequeñas experiencias nos lleven a pensar de otra manera sobre los temas esenciales. Por supuesto, podemos pensar, contra toda lógica, que la vida surgió sin ninguna razón y sin ninguna intervención particular en un universo donde reinaba el vacío más absoluto, sin el menor átomo ni la menor energía. Pero si, al contrario, aceptamos que debió haber una causa para esta primera chispa de vida, una causa superior e inexplicable a la que llamamos Dios, entonces no nos detengamos ahí. Porque si Dios creó la vida a partir de la nada, ¿cómo imaginar que no podría disponer de todo para hacer de ello lo que quiera? Él, quien dio vida a la nada misma, ¿no podría devolver la vida a un cuerpo reducido a polvo? ¡Es totalmente creíble y verdadero!

¡Habrá resurrección después de la muerte, es la verdad! ¿Es esto necesariamente una buena noticia? ¡No! La Biblia nos dice que cada uno de nosotros tendrá que rendir cuentas a su Creador… y estamos condenados de antemano, a menos que aceptemos que Jesucristo, por medio de su sacrificio en la cruz, fue condenado en nuestro lugar. ¡Eso también es cierto! Todo el que cree en el Señor Jesús y lo acepta como su Salvador tiene esta seguridad. Para él, la resurrección conduce a la vida eterna, a un futuro de felicidad con Jesús.