Esta palabra no forma parte del lenguaje cotidiano, y sin duda muchos lectores no conocen su significado. El diccionario la define como el abandono público de la fe cristiana.
Los fundamentos de nuestra sociedad occidental proceden de las enseñanzas de Jesucristo. Hoy en día se quiere abolir todo lo que tenga que ver con el cristianismo. Pero abandonar a Cristo es abandonar a Dios.
Para explicar esta evolución, se dice que el cristianismo ha fracasado y no ha cumplido su misión. Otros afirman que la globalización y la mezcla de poblaciones ya no permiten favorecer una religión sobre otra. Pero su origen es el pecado en el corazón de los hombres. La apostasía alcanzará su máximo auge en los últimos tiempos: la Biblia es clara a este respecto. Pero, ¿qué pasa con cada uno de nosotros hoy?
El primer versículo del encabezamiento menciona el día en que Jesús mismo pedirá cuentas a los que lo rechazaron. Muchas de las profecías de la Biblia ya se han cumplido; las demás también se cumplirán.
La apostasía ya está presente, al igual que los “postreros tiempos”. “Ya está en acción el misterio de la iniquidad” (2 Tesalonicenses 2:7). Es urgente despertar y comprobar si tenemos una verdadera relación con Jesús por medio de la fe. ¿Le hablo a través de la oración? ¿Me tranquilizo cuando leo en la Biblia, por ejemplo: “La sangre de Jesucristo… nos limpia de todo pecado”, o “vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios… tenéis vida eterna”? (1 Juan 1:7; 5:13).