El rey Federico 2. o de Prusia, contemporáneo de Voltaire, compartía la incredulidad del filósofo.
Se dice que un día le pidió a uno de sus generales, quien era creyente: «Deme una prueba de la existencia de Dios».
La respuesta fue inmediata: «¡El pueblo judío, oh Rey!».
Es cierto que el destino del pueblo judío es único. Elegido por Dios hace más de 3 500 años, en su origen Israel era menos numeroso que los pueblos vecinos. Pero el pueblo judío sigue aquí, e incluso tiene existencia política desde la creación del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948. Sin embargo, ¡cuán implacable ha sido la lucha para tratar de exterminar a este pequeño pueblo! Incluso antes del genocidio del siglo 20, el antisemitismo mató a millones de judíos. Pero Dios se comprometió con ellos; ha cumplido y cumplirá todas las promesas que hizo a este pueblo. Muchas de las profecías sobre Israel ya se han cumplido, y otras aún son futuras: Cristo reinará un día sobre toda la tierra, y en particular sobre su pueblo. Sin embargo, un gran trabajo debe ser efectuado en los corazones de los judíos para que esta nación acepte finalmente al Mesías que Dios le prometió y envió en su momento.
Sí, la historia de este pueblo confirma en todos los sentidos la verdad de la Biblia. Su autor, Dios mismo, es digno de nuestra confianza.