La Buena Semilla: Lunes 21 Septiembre
Lunes
21
Septiembre
¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
1 Corintios 2:11
Nuestros límites

Tome un objeto cilíndrico, por ejemplo, una lata de refresco. Dibújela en una hoja de papel, primero desde un lado y luego desde arriba. Obtendrá un rectángulo, y luego un círculo. Si observamos los dos dibujos, nos cuesta creer que representen un mismo objeto. Pero estas dos imágenes diferentes, representan un mismo objeto visto desde diferentes ángulos.

Cuando leemos la Biblia, algunas cosas nos parecen contradictorias. Esto sucede porque estamos limitados a las capacidades de la mente humana.

“Dios… quiere que todos los hombres sean salvos” (1 Timoteo 2:4); pero Apocalipsis 20:12-15 habla de hombres que serán juzgados e irán al infierno. Estas afirmaciones bíblicas parecen contradecirse.

De la misma manera, desde el principio, en su soberanía Dios escogió personas para salvación (2 Tesalonicenses 2:13). Sin embargo, cada uno es responsable de aceptar personalmente la salvación (Hechos 16:31). ¡Esto parece irreconciliable! ¡Pero Dios no dice que usted no sea un elegido! Nadie que rechace la salvación puede acusar a Dios por no haberlo elegido para ser salvo.

La soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre son dos verdades bíblicas que superan la capacidad de la mente humana. Permanezcamos, pues, humildes ante la Palabra de Dios, recordemos que no hay injusticia en él (Romanos 9:14) y, sobre todo, aceptemos sencillamente con fe el mensaje de amor de Dios.