La Buena Semilla: Jueves 3 Septiembre
Jueves
3
Septiembre
(Jesús dijo:) He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Apocalipsis 3:20
Jesús en casa de Zaqueo
Leer Lucas 19:1-9

Zaqueo, un recaudador de impuestos al servicio de los romanos, y despreciado por sus compatriotas judíos a causa de su trabajo, quería ver a Jesús. Para lograrlo se subió a un árbol que estaba junto al camino. Al parecer, solo deseaba ver ligeramente a Jesús, mientras él mismo permanecía oculto. Pero Jesús lo vio y lo llamó: “Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa”. Era una necesidad urgente. Jesús sabía que Zaqueo no debía permanecer oculto, que necesitaba un encuentro personal con el Salvador.

Una corta asistencia a una reunión cristiana, o la breve lectura de un folleto como este, puede ser suficiente para usted, ¡pero no para Jesús! Él quiere establecer una relación personal con usted, de corazón a corazón, escuchándose mutuamente. Jesucristo quiere entrar en nuestra vida para traernos la salvación: “Hoy ha venido la salvación a esta casa”.

Zaqueo mostró a Jesús sus buenas obras. Pero eso es inútil, primero porque el Señor conoce todas nuestras obras, buenas y malas; luego, y sobre todo, porque estas no tienen ningún valor para adquirir la justicia de Dios. Aceptemos su gracia y su perdón, y creamos en el valor de la sangre derramada por Jesús en la cruz, ese sacrificio que nos garantiza la salvación eterna. Entonces podremos hacer esas buenas obras que Dios preparó de antemano para nosotros (Efesios 2:10), no para merecer el cielo, sino para dar “gracias” a nuestro Salvador.