La Buena Semilla: Jueves 28 Mayo
Jueves
28
Mayo
Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. Mirad a mí, y sed salvos.
Isaías 45:21-22
Yo, yo el Señor, y fuera de mí no hay quien salve.
Isaías 43:11
Estáis en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención.
1 Corintios 1:30
Un Dios justo y salvador

Dios lo declara y lo demuestra desde la primera hasta la última página de la Biblia. El hecho de que Dios sea justo produce temor en el corazón del hombre, porque sabe que un día tendrá que encontrarse con Dios y rendirle cuentas.

Todo pecado es una ofensa contra Dios y por ello debe ser castigado. Si no fuera así, Dios no sería ni perfectamente santo ni perfectamente justo. Si nos detenemos ahí, solo podemos exclamar como el joven profeta: “¡Ay de mí! que soy muerto” (Isaías 6:5). Nuestras faltas merecen el castigo. ¿Cómo podemos librarnos de él?

Pero Dios se nos revela también de otra manera: sin dejar de ser justo, es también el Dios de la salvación. ¡Solo Dios reúne estas dos características aparentemente irreconciliables! Nos salva porque se han cumplido todas las exigencias de su justicia en relación con el pecado. ¡Alguien que no había cometido pecado alguno tomó sobre sí nuestros pecados y sufrió en nuestro lugar el castigo que merecíamos! Esto sucedió en la cruz, durante las horas en que, abandonado por Dios y sufriendo su ira, Jesús, el Hijo de Dios, borró los pecados de todos los que creen en él.

Pero para los que rechazan hoy el perdón de Dios, la justicia divina se ejercerá mañana con todo su rigor.

“He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación” (2 Corintios 6:2).