La Buena Semilla: Jueves 7 Mayo
Jueves
7
Mayo
No me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído.
2 Timoteo 1:12
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día.
2 Timoteo 4:7-8
Una generación decepcionada

Un manifestante dijo a un periodista: «Formo parte de la generación decepcionada. Solo conocemos la precariedad laboral. ¿Qué sentido tienen los estudios si no conducen a un empleo? ¿Qué sentido tiene mirar al futuro si el planeta se está muriendo?».

Muchas personas están decepcionadas con la vida actual. Las sociedades modernas han visto cómo el progreso técnico y científico mejoraba su calidad de vida, pero la felicidad sigue siendo esquiva. Los fundamentos morales sobre los que se construyó la sociedad son rechazados y desaparecen poco a poco. ¿Solo nos queda vivir cada uno para sí, día a día?

El apóstol Pablo describió así su vida: “Padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija. Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos. Nos difaman, y rogamos; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo” (1 Corintios 4:11-13).

Nadie querría vivir así. Sin embargo, Pablo nos invita a imitarle. Era incomprendido y despreciado, pero tenía una certeza en su corazón: ¡pertenecía a Dios! Jesús se había convertido en su Salvador y había transformado su vida. Confiaba plenamente en él. Así que no se arrepentía de nada… No estaba desencantado, a pesar de sus muchos sufrimientos. Volvamos a leer la hermosa conclusión que hace sobre su vida en los pasajes de hoy. ¡No la atribuyó a sus capacidades, sino a su Señor!