La Buena Semilla: Domingo 24 Mayo
Domingo
24
Mayo
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Juan 1:18
Jesús… anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Hechos 10:38
¿Quién fue Jesús y qué hizo?

Dios es espíritu y nadie lo vio jamás. Para darse a conocer a los seres humanos, tuvo que hacerse hombre en la persona de su Hijo Jesús.

Jesús fue el hombre perfecto que habían predicho los profetas. Fue un hombre como todos nosotros, pero sin pecado; y fue tan diferente de todos los demás porque vivió en absoluta comunión con Dios, su Padre. Fue rechazado por la mayoría de sus contemporáneos porque su amor perfecto fue malinterpretado, porque dijo la verdad.

Sin embargo, nadie vivió como él, pues no vivió para sí mismo, sino para los demás. Jesús fue un hombre de dolores; estuvo abrumado y cansado (Isaías 53:3). Tuvo una vida activa, aunque fue incomprendida, y gracias a ello, el amor de Dios penetró en todas partes, incluso en los rincones más ocultos de la sociedad, donde las necesidades eran mayores. El amor de Dios buscaba a los humildes y a los excluidos. ¡Era para todos, sin discriminación!

¡Jesús siempre fue el mismo y su perfección nunca cambió! Sanó a los enfermos, liberó a las personas esclavizadas por Satanás, transformó a hombres y mujeres en seres nuevos, perdonados y felices tras ser liberados.

Pero su vida de perfección y devoción no fue suficiente para perdonar nuestros pecados y así estar justificados delante de Dios. Para salvarnos y darnos la vida eterna, Jesús, que es la luz del mundo, tuvo que sufrir y dar su propia vida.

Si aún no conoce a este maravilloso Salvador, ¡acérquese a él!