La Buena Semilla: Viernes 8 Mayo
Viernes
8
Mayo
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Mateo 6:11
El Dios vivo… dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones.
Hechos 14:15-17
La oración en el campo
Testimonio

Tenía veinte años en los años setenta. Había tenido una educación religiosa, pero vivía sin Dios. Un buen día de verano, fui a un pequeño pueblo que organizaba una fiesta anual de la cosecha con una representación folclórica de la siega según las costumbres antiguas. Cortaron el trigo con una guadaña, lo colocaron en gavillas y lo ataron a mano. Pero al final de la cosecha, padre, madre e hijos se arrodillaron en el campo segado. ¿Qué estaban haciendo? Estaban demasiado lejos para que se les oyese, ¡pero era evidente que estaban orando y dando gracias a Dios por la cosecha! ¡Esta escena me tocó el corazón! ¡La contemplé con lágrimas en los ojos! ¡Era como si Dios estuviera en el campo!

Desde entonces me volví a Dios.

Muchos años después, durante una ola de calor, dimos un paseo vespertino por los campos abrasados por el sol. Muchos cultivos estaban en peligro aquel año. Pudimos ver la cosechadora tragándose el trigo mientras avanzaba tranquilamente por el enorme campo. ¡Qué escena! ¡Mi corazón se conmovió nuevamente al verla trabajar! En su gracia, nuestro Dios nos sigue dando este trigo que se convertirá en nuestro pan de cada día. Seguramente que la familia arrodillada en el campo había orado: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”. ¡Es posible que hoy en día el agricultor no se baje de su máquina para dar gracias a Dios por la cosecha, pero nosotros podemos hacerlo de todo corazón cuando comemos!