La Buena Semilla: Jueves 14 Mayo
Jueves
14
Mayo
Llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Isaías 53:4. 5
Le anunció a Jesús (1)

“Entonces él (Felipe) se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él. El pasaje de la Escritura que leía era este: Como oveja a la muerte fue llevado; y como cordero mudo delante del que lo trasquila, así no abrió su boca. En su humillación no se le hizo justicia; mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida. Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro?” (Hechos 8:27-34).

Este etíope había visto el templo, escuchado el canto de los salmos de David, pero no había tenido un encuentro con Aquel que por entonces llenaba el templo, dirigía el culto… ¡y al que al final los hombres habían echado de allí!

Durante la fiesta se leía la primera parte de la Biblia. El etíope, sentado en su carro, leía un pasaje del profeta Isaías. ¡Fue en ese momento cuando Dios le envió a un cristiano llamado Felipe para anunciarle el Evangelio!

(continuará mañana)