Leila, una mujer iraní de 34 años, escribió: «Solía grabar los programas de televisión de un predicador. Gracias a él comprendí que existen el pecado y el sufrimiento… El programa se llamaba Dios es amor. Creo que entendí lo que decía porque dos años antes había visto una película sobre Jesús y luego había orado. El predicador respondió a todas mis preguntas. Sus emisiones semanales siempre respondían a las preguntas que yo había tenido la semana anterior. Esto ocurrió durante siete semanas seguidas. La última semana, antes de ver el programa, le conté a mi marido cuáles eran mis preguntas. Una vez más, el mensaje del predicador respondía a todas mis preguntas… Grabé y vi alrededor de cien de estos programas. Al cabo de dos semanas me había arrepentido de mis pecados y había invitado a Jesús a mi vida».

Los creyentes iraníes que participan en la proclamación del Evangelio por televisión, radio e Internet confirman que las conversiones a Cristo aumentan constantemente en Irán. Miles de personas se convierten a Jesucristo cada año gracias a las emisiones.

Para ayudar a difundir la Biblia en Irán, en 2003 se publicó una traducción moderna al persa del Nuevo Testamento. Menos de diez años después, se habían impreso y distribuido un millón de ejemplares por todo el país. ¡Oremos por el Evangelio en Irán!