Wilhelm Busch, predicador cristiano (1897-1966) cuenta lo siguiente:
«Me encontraba en una región cerrada al Evangelio. Es más, a veces había sido torpe. Estaba cansado, decepcionado y desanimado… Un caluroso día de verano, mientras montaba en bicicleta, oí de repente cantar. Las voces procedían de un cabaret. Me acerqué con curiosidad y cuando llegué a la ventana vi a un grupo de jóvenes cantando:
¡Oh, si pudieras creer, verías milagros!
Jesús, tu Señor, estará siempre a su lado.
Aparentemente nadie escuchó a los cantantes… Pero para mí fue como si el Señor mismo me hablara y quisiera darme ánimos a través de esta canción. Más tarde, me arrepentí de no haber dado las gracias a los cantantes: quizá ellos también necesitaban ánimo ante la indiferencia general hacia el Evangelio».
Son muchos los pasajes de la Biblia que nos animan de formas inesperadas. Sin embargo, nuestro Señor sabe cuándo, dónde y cómo esas palabras de ánimo alcanzarán su objetivo: “Mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55:11). ¡Estemos atentos a los amorosos cuidados de Jesús, nuestro Señor, nuestro divino Pastor! ¡Captemos sus «guiños», que nos animan y fortalecen nuestra fe!