A mucha gente le suena la frase: «Todo lo que necesitas es amor», título de una famosa canción. Sin amor, nos marchitamos. Pero, ¿qué es el verdadero amor, y dónde encontrarlo? La Biblia lo presenta así:
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser” (1 Corintios 13:4-8).
Es lo contrario al deseo de aprovecharse de los demás, de abusar de los bienes o de las personas. A menudo estas señales de egoísmo quieren mostrarse como un acto bondadoso. No, este falso amor da la sensación de haber sido engañado, o de haberse equivocado.
El verdadero amor, que nunca engaña ni decepciona, es el amor de Dios. Es la realización perfecta del pasaje citado. Es el amor que Jesucristo, el Hijo de Dios, manifestó en el mundo. Jesús no se limitó a hablar del amor, sino que actuó de forma coherente con sus palabras. ¡La expresión máxima de su amor fue cuando murió en la cruz por nosotros! La fuente del verdadero amor está en él. A los que creen que Jesús murió por sus pecados, y están dispuestos a imitarlo, Jesús les dice: “Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:12-13).
1 Samuel 18 – Mateo 15:1-20 – Salmo 16:1-6 – Proverbios 4:14-19