La Buena Semilla: Lunes 13 Enero
Lunes
13
Enero
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Juan 1:18
Jesús… dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños.
Lucas 10:21
Me gustaría ver a Dios

Hablando de Dios, una niña insistió: «Me gustaría verlo. Me gustaría ver a Dios como alguien con una cara». Lo que ella expresaba es simplemente el deseo que muchos seres humanos han tenido desde el principio de los tiempos. La Biblia afirma que ningún hombre ha visto a Dios, ni puede verlo, en sentido literal (Éxodo 33:20; Juan 1:18), pues “Dios es Espíritu” (Juan 4:24; 1 Timoteo 1:17). A Moisés, quien le pidió permiso para verlo, Dios le respondió: “Te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro” (Éxodo 33:22-23).

Pero este Dios invisible al ojo humano, el Ser Supremo, Creador de todas las cosas, pudo ser visto en la tierra como un hombre: hizo resplandecer el conocimiento de su gloria en el rostro de Cristo (2 Corintios 4:6). ¡Misterio incomprensible! Felipe, un discípulo de Jesús, le dijo: “Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre… ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí?” (Juan 14:8-10).

Por medio de Jesús los hombres pudieron ver a Dios como «alguien con rostro». Además, Dios se encargó de darnos cuatro evangelios, testimonios precisos y detallados en los que podemos ver a Jesús, el Hijo de Dios, el Salvador, viviendo en la tierra.

1 Samuel 10 – Mateo 9:18-38 – Salmo 9:1-10 – Proverbios 3:11-12