La Buena Semilla: Jueves 9 Enero
Jueves
9
Enero
Al Señor busqué en el día de mi angustia… mi alma rehusaba consuelo.
Salmo 77:2
Mi porción es el Señor, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. Bueno es el Señor a los que en él esperan, al alma que le busca.
Lamentaciones 3:24-25
¿Realmente abandonado?

Con una carta en su mano, Juan Carlos estaba de pie frente al capellán de la prisión.

–Marcos, quería verte por última vez.

–¿Qué te pasa? ¿Estás enfermo?

–Llevo ocho años viendo el cielo a través de los barrotes de mi celda. Hasta aquí pude aguantar, pues mi esposa pensaba en mí, me escribía, me esperaba… Esta es su última carta. Mi mujer me abandonó; ¡mi vida no tiene sentido!

Marcos conocía a este hombre y sabía que no estaba tratando de manipularle con el suicidio para obtener una mejoría en su condición.

–Juan Carlos, tu situación me conmueve profundamente. ¿Crees que todos te abandonaron? No, Dios no puede abandonarte, eres una de sus criaturas. Te ama tal como eres, te busca y quiere hallarte. Creo que ha llegado el momento para que te vuelvas a él. Oraré por ti, pero escúchame, lee este evangelio.

Dos días después, un domingo por la mañana, Juan Carlos estaba presente en el local donde Marcos presentaba el Evangelio. ¡Su rostro resplandecía! Dios había ido al encuentro del desesperado Juan Carlos en la soledad de su celda, y le había dado más que su anhelada libertad, ¡le había dado la paz divina en su alma!

“Él (Dios) dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre” (Hebreos 13:5-6).

1 Samuel 5 – Mateo 7:7-29 – Salmo 6 – Proverbios 2:16-22