La Buena Semilla: Sábado 1 Febrero
Sábado
1
Febrero
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
Eclesiastés 3:11
El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.
Juan 3:31
Todavía no he encontrado lo que busco

Esta frase revela el deseo tan común de algo que no se puede hallar. Dicho anhelo puede entenderse como un perfume venido de otro mundo. En la Biblia, el libro de Eclesiastés habla de ese anhelo de eternidad, de relación con nuestro Creador, de trascendencia.

Jesús también habló de otro mundo, al que llamó el reino de Dios, un reino de vida que conocía porque él mismo habitó en él cuando vivió en la tierra. “Justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Romanos 14:17) son los “perfumes” que nos trajo del cielo, de la morada del Padre.

Jesús explicó a Nicodemo, un líder religioso judío, cómo entrar en ese reino: “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios… El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:3-5).

Este nuevo nacimiento se produce mediante el Espíritu de Dios, creyendo en su palabra, simbolizada por el agua.

Aceptar la Palabra de Dios y creer en Jesús depende de nosotros. Jesús vino del cielo no solo para mostrarnos el reino de Dios, sino también para abrirnos el acceso a él. Dio su vida para que nuestros pecados pudieran ser perdonados y naciéramos a una nueva vida. Lector, encuentre en Jesús más que un perfume, ¡encuentre a un Salvador y a un amigo divino!

1 Samuel 25:23-44 – Mateo 20:16-34 – Salmo 18:31-36 – Proverbios 6:16-19