Isaac era el hijo de Abraham y Sara. Mucho antes de su nacimiento, Dios prometió a Abraham una descendencia numerosa proveniente de Isaac (Génesis 15:5-6; 17:15-16). Isaac se casó con Rebeca. Pero había un problema: Rebeca era estéril, no podía tener hijos. ¿Qué sucedería con las promesas de Dios? ¿Isaac se resignaría? ¡No! Él también era un hombre de fe y aprendió a conocer personalmente al Dios de su padre. Fue a él, oró, e incluso
Este pasaje nos enseña que hay casos en los cuales Dios espera que insistamos en la oración. Si bien nuestra oración es según su voluntad, él prueba nuestra fe en sus promesas, así como nuestra paciencia. Quiere que sus promesas sean valiosas para nosotros y que contemos con ellas.
No dudemos en orar, incluso si parece que las circunstancias de nuestra vida se oponen al cumplimiento de lo que Dios nos prometió. Y si no responde inmediatamente, ¡perseveremos! Tiene razones por las cuales nos manda esperar. ¡Pero Dios siempre cumple fielmente sus promesas!
Sofonías 2 – Filemón – Salmo 109:20-31 – Proverbios 24:17-18