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¡Qué crisis material y espiritual para Job! A lo largo de su historia lo escuchamos clamar a Dios su miseria, sus dudas, sus preguntas… Pero, poco a poco, la luz iluminó su espíritu. Su fe se afinó y su conocimiento de Dios se concretizó. Entonces exclamó: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven” (Job 42:5).
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¿Qué decir ante tales pérdidas y semejante progreso espiritual? La puesta a prueba de la fe de Job produjo la paciencia, y esta cumplió en él “su obra completa” (Santiago 1:4).
Si vivimos momentos difíciles y separaciones dolorosas, ¡no nos desanimemos! Al igual que Job, continuemos hablando al Señor, contémosle incluso nuestra amargura. Al final veremos que “el Señor es muy misericordioso y compasivo” (Santiago 5:11).
Ezequiel 5 – Hechos 16:11-40 – Salmo 31:21-24 – Proverbios 11:9-10